Hace mucho tiempo que Miguel Ángel de Gregorio y sus riojas anticonformistas ya no huele a azufre. Su " Allende ", embotellado sin filtrar, hábilmente elaborado, respetuoso con su terruño, se ha pulido mucho en boca y ha ganado en complejidad. Sigue mostrando su viveza original - recuerdos de frutas rojas frescas - pero va evolucionando hacia notas levemente ahumadas y térreas. Ni clásico ni moderno : sincero y auténtico. ( PVP : 13,50 € )

Botella comprada en Laguardia.
Abierta y decantada con una hora de antelación.
De color rojo picota de capa media-alta, ribete entre rubí y amarronado y lagrima densa que tiñe ligeramente la copa.
En nariz se muestra parco y austero, cuesta mucho arrancarle algun tipo de aroma, deja entrever algo de fruta roja en licor, ligeros ahumados y tostados, monte bajo, notas minerales y balsamicos con cierta potencia.
En boca la cosa cambia bastante, tiene entrada carnosa, con bastante cuerpo, taninos que aún se dejan notar, acidez bastante presente que le confiere cierta frescura y un postgusto medio donde la mineralidad se hace protagonista.
Un vino que promete gran capacidad de guarda.

Color / picota madura y brillante - Olor / a tinto joven procedente de uva tempranillo : aroma intenso de frutos rojos pero que falta de complejidad - Boca / ligera, redonda y equilibrada, con taninos marcados y buena acidez, pero demasiada corta : el vino sabe a zarzamora, a mina de lapiz y a pimienta. Allende es un crianza moderno, de monocepa, que se parece a un caldo de Ribera del Duero pero que tiene la gran finura de un Rioja. Por el momento, necesita mucha aireación y lo ideal sería esperar unos diez años antes de destaparlo. No corre prisa : es una lástima beber los grandes vinos de guarda demasiado pronto.

Capa alta, borde granate y la lágrima densa.
De buena intensidad, frutos rojos muy maduros, dulces, al mover, buena integración de la madera, toffe, chocolate, regaliz, todo en un envoltorio mas o menos dulce.

En boca tiene un buen ataque, algo denso, buen cuerpo, peor no muy envolvente, muy equilibrado, quizas algo falto de viveza, el postgusto es tremendo, largo, amargo pero no molesto, muy bueno.

Un tinto que hasta hace bien poco, se trataba de un vino con buen futuro, aunque algo recio. Actualmente se encuentra en su estado álgido, totalmente disfrutable, muy equilibrado en aromas de nariz y boca, donde el equilibrio entre fruta roja y tostados alcanza la excelencia. En boca se presenta con estructura media, equilibrado, fresco, que invita al trago.

Un excelente exponente del buen hacer de Miguel Angel de Gregorio en Finca Allende.

Color picota intenso con destellos brillantes granate, de capa alta y ribete igualmente granate.
Presenta buena intensidad de aromas con buena aportación de frutos negros y rojos maduros en licor, finos tostados, espécias, toffes y con buena crianza.
En boca tiene un buen ataque, agradable, elegante, buena acidez, equilibrado, muy bien en fruta, con buen recorrido y buena persistencia licorosa.

Lo recordaba bastante más redondo que como está esta botella.

Color sin evolucionar. Cereza intenso con ribete granatoso.
En nariz hay mucha fruta roja, en primer plano acompañada de especias, maderas correctamente puestas... pero me salen ciertos verdores que no recordaba antes... sobre todo después de la aireación larga
En boca se notan aún más los tonos verdes. Lo recordaba más redondo. En cualquier caso bien ensamblado, buena acidez, con vida por delante.

Buen vino.

Hacía tiempo que no lo tomaba, tenía un gran recuerdo de otras veces y otras añadas, la de 97 por ejemplo que fue mi primer Allende. Equilibrio podría ser la palabra que lo defina.
Su austeridad y sencillez en la etiqueta encierra un gran vino en un buen momento y con vida por delante.
Color cereza granate muy atractivo.
Aroma como bien apuntaba equilibrado, de una excelente fruta roja y una elegante madera que acompaña y para nada enmascara, es mas, el vino se muestra joven, explendoroso, con notas lácteas, tofee, vainillas, licoroso...
En boca está muy bien integrado, redondo, de paso acariciante, con rasgos de frescura y de madurez en los que se agradece mucho esa fruta licorosa y de calidad, de postgusto medio largo pero que deja un gran recuerdo.

Todo un valor seguro, de los que ha ido de menos a más, cada vez más completo, muy bien constituido y hasta con embergadura ya que se presta a numerosos tipos de platos sobre con un golpe de sensibilidad.

De color intenso cereza con lágrima densa.
En nariz es muy expresivo e intenso, floral, amplio, complejo, con tostados, muy fragante y con mucha fruta saldando de la copa, vainilla... muy bien.
En boca también se muestra muy agradable, con un buen ataque y un marcado carácter aterciopelado en su paso por boca. Todo en su sitio, muy equilibrado, bien hecho.

Muy recomendable.

De color cereza picota, bien cubierto.
En nariz tiene cierto brio, fruta negra, un punto licoroso, notas minerales bastante persistentes, grafito, pizarra, acompañadas de un toque de madera y con un deje ahumado.
En boca es bastante tanico, algo seco, pero contrarrestado por la fruta que vuelve a resurgir, otorgando algo de frescura.