Vino encerrado en botella de 3/8 de litro. Etiqueta sobria y elegante.
A la vista está limpio, brillante y con un color rojo picota de capa media alta. El menisco comienza a tener un incipiente color rubí-teja. Lágrima abundante que se desliza con lentitud por la copa.
En nariz, está muy cerrado, necesita aireación. Comienzan a sobresalir las frutas rojas del bosque. Madera muy bién integrada. Tiene precipitación de bitartratos. Si se sirve con cuidado o se decanta se consigue un vino limpio y brillante.
En boca es elegante, está fino, frutal, mineral, taninos domados, mantiene una elegante acidez. Buen paso de boca que te invita a beber. Me dá una permanencia en boca de 2,30 minutos.

Visual rojo picota, con reflejos granate y ribete degradado.

Nariz que, en primer plano muestra unas gratas maderas, inicialmente expresadas en notas ahumadas y que, conforme el vino evoluciona, se convierte en tostados medios, vainilla, especias dulces en general y algo de chocolate y café. Tiene algunas notas de retama y, sobre todo, apuntes lácticos en evolución. La fruta, comedida pero franca, aparece en forma de bayas rojas bien maduras.

En boca tiene un ataque de media intensidad. Su paso es sencillo, pero agradable, con presencia de fruta, unos taninos bastante marcados, pero dulces. Es bastante golosón. El final deja recuerdos interesantes de especias dulces.

Un vino de corte clásico, salvo por los interesantes apuntes en boca de la merlot y la cabernet, que le aportan estructura y golosidad

Cereza intenso. Madera destacable y con fondos frutales que tratan de sobrevivir en este bosque de especias, tostados, vainillas y otras durezas en boca. Tánico. No sé si es un vino para guardar. No está mal para quienes buscan un vino con carga compensada entre crianza y fruta por acoplarse pero a nosotros nos resultó muy extraido, cargante, áspero. Final de fruta roja dura.