Espectacular color para un vino que va camino de los 100 años. Rubí marronoso de capa media-alta, ligeramente turbio con partículas diminutas en suspensión, reflejos anaranjados y rojizos, ribete atejado con claras diferencias con el menisco.
Botellas abiertas durante un par de horas antes de servirlas. Aromas de gran concentración y fina reducción, con un apunte de acético que aparecía y desaparecía. Inicialmente, al servir y a copa parada, aparecen notas de odres de cuero, duelas, setas secas, incienso... Al agitar la copa y respirar se transforma: salvia, té egipcio, endrinas en sazón, guinda en licor, encina quemada, pedernal, carne, ahumados, laurel, clavo, especias... Sigue evolucionando dando paso a notas de fruta negra y roja dulzona, azúcar caramelizado y un curioso recuerdo a un vinagre extra-viejo de Modena, tipo Extra Oro. De gran calidad e intensidad!!! ¿¿88 años?? Difícil de creer...
En boca paraliza por su frescor y por una amplitud más propia de una gran infraestructura. Vino en plenitud, de contundente acidez, vivísimo, vigoroso, con una estructura más fibrada que musculosa que se ha ido tramando y limando durante años en botella. Se ha puesto todo en su justo sitio, integrado, esférico. No deja de cobrar vida al oxigenarse apareciendo más fruta madura con un deje cítrico, especias, ligeros amargosos, tostados, vainilla.
Un tinto resplandeciente del que es difícil creer su edad si no fuera por esa nota acética tan fuera de lo habitual. Una muestra más de la magnitud gigantesca de los viejos Riscales. Ay Riscal, quién te ha visto y quién te ve!!!!
Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2013/05/marques-de-riscal-1925-reserva.html