Jaque al Rey

Pues eso. En la velada de disfrute en compañía de Pingus y Pelos, el primer tinto...que no era precisamente nadie. No sé si inclinarme por la afirmación de Pelos, que pudiera ser debida a la botella, esa impresión negativa que nos ofreció este 2004, pero la verdad es que no fue lo mejor de la noche.
Como bien comentamos, como todo buen Mogador, abierto 3-4 horas antes y decantado un mínimo de 2 horas de adelanto sobre su consumo.
En el color, nada que objetar: picota oscuro, con un bonito brillo y su ya consabida y abundante lágrima en copa, densa y muy lenta.
En nariz, muestra buena intensidad, aunque no llegó al final a expresar lo que su hermano 2005, también compartido en la mesa. Asoman sensaciones de madera barnizada, frutas en licor, algunos balsámicos y bastante especia; todo esto lo hacía de manera perezosa y con muuuuucha calma ( a las 2 horas, más o menos, parecía que se animaba, pero poco más).
Y como último apunte, la boca. Y quién me iba a decir que a este vino le iba a encontrar semejante examen gustativo. De entrada, desbocado. Alcohólico en exceso, abrasivo y/o agresivo. Como si falto de estructura se hallase...completamente descompensado y desequilibrado con una nariz que, a pesar de no ser sublime, desde luego era lo mejor del vino.
Repito que me pesa el estar deacuerdo con Pelos, en que pueda ser un defecto de botella, pero desde luego ( y no sé si debería ir a mejor, si ese fuera el caso), que a este vino le falten calma y reposo; pero mucho. 3,4,5 años.
Una incognita. No puntúo.

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