Una vez más, y van,..., Rafa Bernabé y su tropa nos encandilan con una

Una vez más, y van,..., Rafa Bernabé y su tropa nos encandilan con una añada de un vino muy especial, surgido al amor de una "bodega-garaje", con un coupage donde la uva monastrell predomina, para a la que se aportan las cualidades de otras varietales.
Al color rotundo se unen una composición frutal acentuada, y una mineralidad que enriquece las sensaciones olfativas y gustativas; parece mentira que desde su juventud recorra sin estridencias el gaznate, pues se presenta muy redondo, y con un grado alcohólico nada exagerado.
Sigo creyendo que muchos enólogos de renombre y bodegas de postín deberían mirar con humildad a ejemplos honestos de elaborar un gran producto como éste, sin que se dispare el precio y tiemble la cuenta corriente al hacer un pedido que este año se ha visto "reducido" a tan sólo 12 botellas, para poder respoder a un mercado que los aficionados estamos haciendo crecer, por derecho bien ganado.