Magnifico vino que lleva 16 tras su vendimia.

Rojo cereza oscuro con pequeño ribete granate de irisaciones pardas. Con media intensidad traslada raza ribereña bajo una nariz fina de sensaciones tostadas, terrosas, carbón vegetal, tizne de chimenea y cárnicas ( brasa ). Tiene un elegante matiz empireumático y mentolado que es lógico con el tipo de madera utilizada para su crianza. En boca es rico y fresco, en la evolución saca la materia de la buena uva vieja de la zona ribereña de Burgos con esa intensidad frutal que recuerda a la mermelada de fruta del bosque con tropezones y tostados, donde también se pueden palapar los taninos frutales dulces de la madera y la uva. En el posgusto deja una sensación carnosa y muy apetecible, con recuerdos licorosos por vía retronasal muy envidiables porque son finos y están equilibrados, acordes con la añada 2003 que fue calurosa. La nariz está algo cerrada, la boca es una maravilla y al vino le queda el tiempo en botella que queramos después de 2 horas de decantación. Es un vino con materia y con personalidad propia, muy bueno y con cierta actitud salvaje que en el buen sentido de la palabra es lo que diferencia a los vinos de Valladolid ( más sofisticados en nariz pero con fruta en la boca más discreta ) respecto los de la provincia Burgos. Con esta magnífica boca el vino tiene “ Chasis “ para hablar mejor dentro de una década casi seguro. Solo queda que Dios y las posibilidades nos den pie a ello.

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