Que voy a decir nuevo...

...De este Néctar de Dioses (y este es la entrega II). Pues que lo descorché el pasado martes, sí, un día cualquiera, me apeteció y me serví una pequeña cantidad en mi copa de generosos (una Riedel creo que overture) como disfruté, el salón se inundó de aroma, bueno mejor dicho, desde la habitación donde estaba hasta el salón, inundó el pasillo y luego el salón, que maravilla, que textura, que esqueleto, y continúo diciendo e insistiré de por vida, lo que más me impresiona es la acidez, como se equilibra con esos más de 500 gramos de azúcar/l que tiene este fenómeno, la copa cuando intentas que lagrimee, no lo hace, se convierte en una piel de serpiente, es como si por donde ha pasado el vino al volcarlo y volver a poner la copa en vertical se quebrara sobre su misma pátina que deja en el vidrio.

En persistencia, mejor ni lo cuento, el cronómetro se me quedaría sin pilas.

Una maravilla, que egoistamente os digo que no lo probéis, así me lo aseguro de por vida.

Para mí el mejor vino que he probado hasta hoy.

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