Un castellano recio

Catado con varios amigos enfermos de este vino, junto con el 2004, para hacer una pequeña comparativa, no defraudó, como siempre.
Abierto tres horas antes, pero no se decantó ni jarreó.

Color picota intenso, capa alta, densa lágrima, limpio y brillante.
Intensidad aromática alta, a copa parada ya inunda la copa de olores a maderas y tostados. Al abrirse aparecen notas de fruta negra (moras), eucalipto, especias y sobre todo torrefactos, la madera está muy presente pero muy bien integrada, aromas de calidad.
Boca sabroso, envolvente, equilibrado, denso, con gran recuerdo en boca y retronasal a tostados. Gran vino.

Un clásico, un gran trabajo del enólogo para conseguir esta calidad con una gran producción.
Precio sobre 25 €, pero realmente lo vale.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar