Lote de 1990, botella 2722 de 13150. Mezcla de tres añadas con 40 años de antigüedad.
Rojo rubí de menisco ligeramente atejado y capa alta.
En nariz es intenso y tremendamente complejo, casi asusta en primera instancia. Destaca una impresionante fruta negra en confitura (ciruelas, moras), deliciosos especiados de nuez moscada, pimienta negra y clavo, ligeros balsámicos y una serie terciaria que sencillamente enamora. Finísimos curtidos, tabacos, caja de puros, ebanistería fina, maderas nobles, cedro y unos toques de anisados e hinojo. Es cambiante y camaleónico, impresiona en cada acercamiento.
En boca es un espectáculo casi inenarrable. Entra sin permiso, como si fuera seda líquida, pero luego se expande y explota en el paladar, permaneciendo su recuerdo durante unos eternos segundos. Su impresionante acidez, sus taninos de seda, el recuerdo de terciarios que deja y su persistencia le dan el marchamo de vino mítico. Potente retronasal que deja las mismas sensaciones que en nariz.
Este es el tinto que más se ha acercado a la perfección de los que he probado hasta ahora. De ahí mi nota. Inolvidable. Andrés, esta vez nos has puesto un listón casi insuperable.
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