A la altura de su reputación como uno de los blancos más personales e

A la altura de su reputación como uno de los blancos más personales e interesantes de la península. Nariz al principio atolondrada por su paso por madera que con la aireación se expresa con complejidad y elegancia abandonando para los restos los aromas de roble. Flores blancas, heno, lavanda, piedra de río, peras y manzanas muy maduras, menbrillo. En todo momento se muestra fresca y compleja, sin excesos ni pesadez. En boca entrada grasa, voluminosa sin perder esa elegancia que parece envolver todo el conjunto. Otra vez su mineralidad dejando su huella, (¿será verdad que por aquí sí hay terruño?), muy fresco, excelente acidez, digestivo, largo, con una persistencia poco habitual para un blanco español. Junto al Selección de añada de Señorans me ha parecido el mejor blanco gallego probado hasta la fecha. Creo que aún le queda margen para evolucionar a mejor con su estancia en botella. Espero poder disfrutarlo con las otras dos botellas que me quedan. Dicen (críticos, guías...) que el 2005 es mejor. Este proyecto promete...

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