Compré hace unos meses varias botellas en la propia bodega y me regalaron una botellita (37,7 cl.) de esta añada. Dado el formato tan poco adecuado para envejecer la he abierto pensando que iba a encontrarme un vino en declive y para nada ha sido así.
Precioso color cereza con ribete atejado y abundante lágrima.
Nariz de mediana intensidad, con aromas a cuero, desván, mueble viejo y fruta roja. Al agitarlo la fruta se realza y aparecen notas lácteas.
En boca tiene entrada suave y fresca gracias a una excelente acidez y a unos taninos amables, pero que aún pueden afinarse más. Al final de paso de boca aparecen notas amargosas. Su envidiable acidez se mantiene y permanece en el postgusto largo rato.
Está en un buen momento para su consumo, pero me parece que aún puede mejorar.
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