De más a menos, pero un vino que no engaña

Rojo rubí de menisco ligeramente atejado, capa media.
En nariz va de más a menos en la copa, al principio aparecen tonos de frutas muy maduras, tierra mojada, recuerdos fúngicos, especias, cuero, animales. Con el aire en copa decae ligeramente y aparece un fondo torrefacto con ligeros toques ahumados y de maderas viejas. En cualquier caso se muestra siempre limpio.
En boca es un vino agradable y redondo, ya en ligera decadencia pero francamente disfrutable. Tiene acidez, un paso liviano y un final profundo y que nos deja recuerdos ahumados y terrosos, con un tanino ya muy pulido en el conjunto. No muy persistente. Se bebe muy bien.
Nos encontramos ante un clásico en excelente añada que llega ya un poco justo y en su fase de declive aunque a la hora de la verdad no nos engaña, se trata de un perfecto representante de esa Rioja clásica que tanto nos gusta. No es el mejor 81 que hayamos probado, pero la clase está ahí.

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