Siempre se ha dicho que a los productores les podemos medir por cómo lo hacen en sus gamas bajas. Añado yo, que los que son buenos de verdad, cuidan mucho sus vinos de inicio. Y yéndonos a Borgoña, hay ejemplos que así lo atestiguan tanto en tintos como en blancos, pudiendo hablar de Roulot, Pernot, Sauzet, Carillon, Bourée, Drouhin y otros muchos. El caso que hoy nos ocupa es el arquetipo de lo que acabamos de comentar, un simple aligoté delineado, que sólo muestra materia prima, con acidez, mineralidad y un abanico asombroso para ser lo que es.
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