esperaba más de su evolución . Lo caté en bodega en el 2000 y tenía más fuerza y personalidad. Encuentro un vino muy tímido que evoluciona hacia lo cítrico , flores blancas , pero con perfil bajo de intensidad. Paso bucal , un tanto anodino, poco estimulante y con un tramo desagradable que recuerda a agua clorada. Esta botella, no mereció la espera
Última botella de este Sesenta e Nove Arrobas 2018 del que tengo buenos recuerdos de años anteriores especialmente sobre su agradable salinidad.
Nariz inicialmente tímida que se abre progresivamente con cítricos, melocotón algo almibarado y piña. Mucho aroma a piedra mojada y algún atisbo de hidrocarburos. Intensidad media. Al rato abre también aromas de flores.
En boca entra fresco y con cuerpo medio, efectivamente muy salino y con acidez todavía notable. Retrogusto exuberante cítrico: limón, lima, incluso mandarina. Con buena persistencia e intensidad y sabrosa mineralidad.
Ha necesitado cierto tiempo para abrirse y darlo todo, pero al final no ha decepcionado.
Si hubiese otra botella en mi cava, que no la hay, no dudo que estaría todavía mejor el año que viene. Es de este nivel de albariños que, sin ser barato, todavía no se ha disparado a los niveles de precio de los albariños “premium” que cada vez se prodigan más, así que califico la RCP como buena. Eso sí, con apenas 3.700 botellas de producción no resulta muy fácil de encontrar.
Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.