De color rojo cereza de capa alta con reflejos violáceos.

En nariz la fruta domina la situación, es la protagonista total. Tanto fruta negra como roja, a la fruta le acompaña muy bien los aromas florales. Muy al estilo Mariano García la crianza, que queda en un segundo plano añadiendo complejidad, con toque balsámico y fondo mineral.

En boca tiene cuerpo, pero tiene tanta elegancia que entra fácil, sorprendente frescura, taninos presentes y sabrosos, gran carga frutal, ligeros tostados, regaliz negra. Con mucha persistencia en el final de boca.  Tiene un potencial de guarda enorme.

Esta añada sigue dando alegrías, no necesitan decantación, se expresa nada más abrir la botella.

Mauro VS es uno de los grandes tintos ibéricos y no me canso de decirlo, pero es que cuanto más lo bebo, más me afianzo en esta teoría. Indudablemente, y como cualquier vino, hay añadas y añadas, pero es que su nivel nos deja anonadados. Además, este 2019 pronostico que va a ser uno de los míticos.

Rojo picota, con una capa no tan opaca como hace una década y ribete amoratado. Limpio y brillante.

La nariz es un prodigio de matices. Fruta negra muy delicada, algún toque especiado (cedro, pimienta, leve canela, tabaco de pipa…), sangre, hojarasca, los consabidos apuntes a madera (¡qué prodigio de madera!), y salinidad.

Boca prácticamente perfecta para ser un vino de corte moderno (moderno, aunque ya no tanto y según se mire) y tan joven. Tanino, barrica que sin duda se integrará plenamente porque ya lo está, gran acidez y un alcohol que misteriosamente no se nota mucho y tampoco emborracha.

Final intrincado.

Viva Mauro VS.