Elegancia portuguesa.

Han transcurrido 15 meses desde la última botella bebida de este elegante vino. ¿Qué me he encontrado en la copa?. El corcho, que es de los buenos, buenos, está muy bien. Eso sí, la cara que ha estado en contacto con el vino está tintada.

     A la vista mantiene mucho brillo y limpieza. Su color rojo picota está acompañado de unas leves notas teja. Su ribete es rubí y débil teja. Mantiene su gruesa, abundante y lenta lágrima en su deslizamiento por el cáliz de la copa.

     En nariz frescas frutas rojas en forma de cerezas, mayuetas y frambuesas. La madera de su crianza sigue estando en segundo término. Manda su fresca y abundante fruta, unido a notas balsámicas y sutiles dulces.

     En boca es donde mejor se expresa. Ha ganado en complejidad y sigue siendo frutal. Muy elegante, muy sedoso, aterciopelado y con un volumen medio. Está muy vivo y fresco. Con una mineralidad que no se hace pesada en la boca. Es equilibrado y muy fino. Con los taninos elegantes y domados. Sigue manteniendo una fresca acidez que invita a beber y beber y que le otorgará varios años más de vida. Tengo suficiente "material" para comprobarlo. Elegantísimo, fino, sedoso y frutal paso de boca. Es un vino muy largo. Me da una permanencia de 3,30 minutos. Un vino que ha ganado en elegancia, finura, complejidad y sutilidad. La mejor botella de las bebidas. Serán los años transcurridos en la botella.

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