Monastrell

Picota cubierto, con reflejos negruzcos y borde rosa. Tinta la copa al moverlo. Limpio y brillante.

Fruta negra, curry, cacao, tabaco de pipa, balsámicos, nuez moscada, cedro, pinar, mucha pimienta, comino... Indudablemente, se trata de un vino mediterráneo, y allí, ustedes saben que las especias de monte bajo son las que mandan.

Boca voluminosa y estructurada. Paso aterciopelado, si bien el tanino es algo agreste. Densidad mitigada por una notable frescura, de todas formas, 15º son 15º. Describiremos en esta fase, notas no detectadas en la anterior, como la sangre, los toques a endrina o la sal.

Un vino fortachón, que está por limar y que estos calores le perjudican. En todo caso, y dentro de su estilo y gama, tiene buenos mimbres.
 

 

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