Servido como primer vino en la excepcional cata de diez añadas de este

Servido como primer vino en la excepcional cata de diez añadas de este mítico Borgoña realizada en el Casino de Madrid. Color morado, pero sin excesiva capa. En nariz aparece al poco de servirse un fino perfume de frutos rojos maduros, de gran pureza, con ciertas notas de especias en segundo plano. El paso de boca aparece muy delineado, tiene un gran equilibrio entre potencia y elegancia. Deja un postgusto de exhuberancia contenida, goloso y fino, finísimo, invita a beber aunque el vino aún es muy joven y necesita desarrollar mucha más complejidad en botella. Un vino joven extraordinario, de gran pureza y equilibrio, me quedo con las ganas de que me vuelvan a llenar la copa para disfrutarlo más. Lástima que su estratosférico precio (algo más de 600 euros y seguirá subiendo) no nos permita disfrutarlo en mejores condiciones dentro de unos años.