Cuando se es Grande

Cinco meses han transcurrido desde la última botella bebida de este gran vino de Toro. No describo la etiqueta por haberlo hecho anteriormente. Si hablaré del corcho que es de gran calidad, está en perfecto estado, tintado la cara que está en contacto con el vino y aprecio en la misma cristales de bitartratos.

     A la vista permanece prácticamente igual. Con su capa alta y con muy buena, densa, gruesa y lenta lágrima en su deslizar por el cáliz de la copa y al que todavía, muy ligeramente, tinta. Ribete granatoso. Sin tonos teja.

     En nariz abundantes frutas rojas y negras del bosque sazonadas, ciruelas negras pasas, madera de su crianza integrada y sin destacar. Leves notas balsámicas, de pimienta negra, cacaos y vainillas.

     En boca elegante, fresco, gustoso, mineral,con volumen, fruta y carnosidad. Percibo más acidez que en la anterior botella asi que invita a beber. Madera sin destacar. Elegante, frutal y carnoso paso de boca. Es un vino larguísimo. Me da una permanencia de 3,45 minutos. Una botella que hubiera vivido más años que la anterior. Está más vivo.

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