Nariz didáctica, que afianza a esta marca como valor seguro con los años.

Rojo cereza de media capa con ribete naranja teja. Nariz terciaria que desarrolla con baja - media intensidad aromas de frutas rojas pochas sobre matices especiados y ahumados, anisados, hierbas aromáticas, cueros finos, tabaco, polvo de carretera y algo de hojarasca en descomposición. Aldehídos muy leves y bien integrados que en su final recuerdan a las flores blancas tímidamente. En boca es de ataque amable, evolución de compota de fresas y de naranja amarga que proporcionan suaves dejes vegetales y de tabaco, posando un recuerdo levemente amargoso en el paso. Es ágil y fugaz en el posgusto, dejando una sensación un poco delgada como recuerdo final donde también se fijan en el paladar los taninos secos a los que ayuda dicha acidez a marcarse más. Finalmente, el recuerdo es de fruta roja pocha ( sandía con pepitas ) y de perfil esquelético. Un vino con una nariz buena, con todos los parámetros de desarrollo terciario en botella, pero que en boca creo que ya ha pasado su mejor momento ( 30 años no es poco ). Con un maridaje adecuado mejoraría, se me antoja pechuga de pollo guisado en salsa, algún pescado a la sal y me atrevería hasta con Salmón, ya que las notas de hierbas aromáticas le irían bien. El corcho estaba perfecto, creo que esta botella la compré a finales de los 90 y si trasladamos el precio que pagué al día de hoy saldría negativo, como el Euribor. Perdón por insistir, mucho de los primeros espadas de hoy en día no estarán tan bien dentro de tres décadas. Dejé media botella sin decantar y está mejor, por lo que aconsejo no hacerlo, y probad este tipo de gama de vinos con esta edad si han estado bien conservados, ayuda a mejorar la perspectiva.

Recomendado por 2 usuarios
  1. #1

    Juanjosantos

    Excelente y didáctica cata de un vino del que, a priori, por "nombre" y edad, no espera uno gran cosa.

    Como bien dices, ya veremos si muchos vinos top actuales están tan bien a sus 30 años... (lo dudo en muchos casos).

    Lo de decantar o no es problemático y lo mejor, ante la duda, es no hacerlo o hacer lo que has planteado: mitad sin y mitad con.

    En mi caso, me gusta decantar si el vino lo percibo que no se abre demasiado al principio, tiene notas de reducción o que, efectivamente, te está pidiendo la oxigenación. Sin embargo, en otros casos, la decantación puede ir en contra del vino y, si está débil, terminar de rematarlo.

    PD: También se me han dado casos de vinos en los que el vino no dice nada ahora, lo dejas horas abierto en el decantador, y luego está mucho mejor, incluso a las 24 horas (sobre todo en invierno, donde el dejar el decantador a temperatura ambiente no es un problema como ahora en verano).

    Saludos

  2. #2

    Bosos

    en respuesta a Juanjosantos
    Ver mensaje de Juanjosantos

    Gracias. Estoy completamente de acuerdo. Salvo para limpiar el vino de posos, que los encuentro más en los vinos franceses que en los españoles, lo ideal es tener cuidado con la decantación, muchos de estos vinos con años en botella con el simple hecho de airearlos en copa ya se oxigenan lo suficiente. Lo que también suelo hacer antes de abrirlos, es darle un golpecito de frio en la nevera, que también produce cierto efecto de decantación y en teoría compacta algo el corcho para que no se rompa al sacarlo, sobretodo en esta época del año o bien cuando no los abro en la Bodega. Saludos.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar