Excelente rosado para tomar solo o maridado, ligero y fresco

Lo primero que aprecio es la sobria y elegante etiqueta, con relieve. Combina moderninad y clasicismo, alejada de esas etiquetas divertidas y desenfadadas que ahora tanto se llevan. Me gusta.

Cápsula muy apretada, metálica. Suelo sacarlas por encima sin romperlas. Esta me ha resultado imposible, ha salido incluso en dos partes. Corcho natural colmatado. Más clasicismo, contracorriente de los corchos sintéticos o tapones de rosca. ¡Me gusta!

Ya antes de abrir se aprecia el color salmón claro.

En copa presenta ese mismo color salmón claro, tirando a color claro de piel de cebolla, más elegancia. Lágrima leve pero persistente. Muy límpido.

Aromas a fruta de hueso, flores blancas. Pera de agua. Muy fragante, cítricos.

Fresco, muy ligero en boca, casi no se nota el alcohol. Ligereza y frescura, para beber sin darse cuenta. Pese a ello tiene cierta cremosidad en boca. Acidez contenida y final levemente amargoso.

Me ha maridado estupendamente con un salmón ahumado ecológico de cría semiintensiva, de casi idéntico color al vino, con unas gotas de lima y alcaparras secas. He terminado con unas anchoas del Cantábrico con queso blanco.