Bueno, pues voy a poner una nota discordante con respecto a la de los amigos Gonzalo y Aitor. Yo, al igual que ellos, no soy amigo de los vinos hiperbólicos pero este, siendo de aquel estilo, está muy bien elaborado y es sobre todo personal.

Es digamos, extrañamente frutal, con mucha intensidad en nariz, notas balsámicas y ligeramente alcohólicas. En boca es potente, denso y alcohólico, pero para mí si tiene una buena acidez que compensa. El final es largo y persistente. Es una garnacha diferente y única. Para mí es un muy buen vino, aunque no pagaría los 62 euros que cuesta. Por ese dinero creo que hay opciones mejores.

Tenía muchas ganas de probar este vino, pero me decepcionó. Estoy de acuerdo con Gonzalo.

Capa oscura. Al principio el vino está muy cerrado ofreciendonos aromas químicos. Posteriormente cuando se abre está mucho más agradable. En boca es un vino excesivamente potente. Con fruta en exceso madura (higos, pasas, ...) parece un vino dulce sin serlo. Para mi gusto tiene un amargor excesivo, aunque como dice Gonzalo el postgusto es largo y no exento de complejidad.

Hay que valorar que el vino está bien elaborado y que tiene bastante complejidad. No obstante no es mi tipo de vinos y menos a ese precio (> 60 euros). No me parece fino ni elegante, algo que valoro yo en el vino. Aunque si hay que reconocer que es original, complejo y que no deja indiferente.

Negro con ribete cereza, opaco. Nariz "¿moderna?" con sobremaduración por doquier, higos, regaliz y fruta dulzona junto con monte bajo. En el paladar se muestra abocado (¡cómo no!), pastoso y falto de acidez. Plano, gordo e hipertrófico pero al menos posee un retronasal largo. Chapapote en estado puro y 15 grados. A Parker le chiflará