Pajizo, limpio y brillante.
Comienza algo tímido, dando notas herbáceas y poco más. Aún así, notamos que llevaba bastantes cosas dentro y decidimos esperar. Poco a poco empiezan a surgir los cítricos, la menta, las flores blancas y la roca. El vino es extremadamente mineral.
En boca es rectilíneo, posee una acidez como un cuchillo y es de perfil muy austero. Seguramente se deba a una buena elaboración y a una añada fría. Te hace salivar e invita a seguir bebiendo. Alcohol casi insignificante, cero barrica. Viña vieja (para lo que es Sudáfrica) y levaduras autóctonas.
Final perfumado y cortante.
Muy bueno, pese a haberlo bebido tan joven. Por unos 13€ merece mucho la pena.
Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.