Vinazo dulce de Lustau

Empaquetado de lujo con un estuche muy bien elaborado y donde la botella quedaba, a la vista por la etiqueta y contraetiqueta pero, a la vez, perfectamente sujeta.

Botella muy del estilo de Lustau con bonito etiquetado y cierre cabezudo de corcho aglomerado típico de estos vinos.

Abierto con antelación y servido en copa de balón ancha para apreciar al máximo sus cualidades organolépticas. La estancia en copa sube la temperatura de los iniciales 7-8ºC hasta los 12-14ºC ideales para disfrutar de este vino.

Visual

Color que, según la luz, se ve como un ámbar muy oscuro o bien, un marrón cobrizo con reflejos entre caramelo, yodo y ocre en diferentes tonalidades, ribete transparente con ligeros destellos verdosos oscuros. Limpio, muy denso, brillante y de fina y muy abundante lágrima, preciosa, muy densa y de lenta caída en copa. 

La visual me parece excelente. (9,5)

Nariz

De una intensidad descomunal con fruta escarchada, ciruelas y uvas pasas, higos secos, dátiles muy maduros, piel de naranja (sanguina) muy madura, confitura de mandarina, manzana asada, flores marchitas, frutos secos (almendra tostada y amarga), nueces, orejones, turrón, mieles, arrope, algarroba, vainilla, canela, chocolate amargo, clavo, especiados, curry, tabaco rubio, caramelo, azúcar tostado, yodados, balsámico-mentolados muy poderosos, ahumados, un toque acrílico (pegamento, cola) y de sutil ranciedad, barnices, maderas viejas, se unen equilibradamente los aromas dulzones y licorosos con las notas salinas y minerales en una olfativa de una complejidad tremenda.

Excepcional nariz que roza la perfección. (9,7)

Boca

Ataque dulce (aunque sin excesos), potente y contundente, con gran peso pero, a la vez, ágil, goloso, untuoso y de grandísima densidad, gran volumen, cuerpazo  y magnífica estructura, cremosidad y acidez descomunal a partes iguales que lo hace, a pesar de su elevada densidad y dulzor, muy agradable y fácil de beber.

El paso por boca es tremendo, se mastica la fruta pasificada, aterciopelado, denso, equilibrado, redondo, suave, con licorosidad medida, con notas de mieles, frutos secos, dátiles muy maduros, higos secos, uvas pasas, naranja confitada, orejones, caramelo, vainilla, mentolados poderosísimos, especias y notas de chocolate, caramelo y algarroba excepcionales.

El final es eterno, enorme, equilibrado, con una acidez fantástica y con el conjunto apabullante de notas de la nariz, la entrada y el paso por boca en un retrogusto maravilloso con dulzor, leve amargosidad y ligera salinidad/mineralidad junto a una posterior retronasal mentolada, balsámica, a barnices, mieles, vainilla, canela, clavo, chocolate negro y fruta pasificada prácticamente perfecta.

Boca que, prácticamente, alcanza la perfección EMHO. (9,9)

Vinazo eterno sin paliativos y, por supuesto, de Gran Clase Mundial.

Puede armonizar estupendamente con frutos secos tostados, con chocolate negro, quesos azules, algunos postres con base de miel y almendras pero, por supuesto, como gran vino que es, puede disfrutarse SOLO, sin necesidad de acompañar plato alguno.

Costando a 25,30€ la botella en la añada 1998 que se vende actualmente en Vilaviniteca, creo que la RCP es excelente.

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