... en alcohol. Mira que le tenía muuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuchas ganas a este vino y me gustó, pero es que el alcohol tapaba demasiado a la fruta.
Abierto media hora antes y con margen para ir creciendo mientras cenábamos, el alcohol y las notas de madera eran las más dominantes, con fruta blanca de hueso casi compotada, con pera y manzana, que se unían a ciruela amarilla y melocotón bien bien maduro. Notas herbáceas, anisadas intensas, de cardamomo e hinojo. Notas minerales intensas, con toques de plátano maduro. Hay ahumados, sutiles especiados picantes y dulces.
En boca, pasa lo mismo que en nariz, con ese alcohol dominando el conjunto y la fruta tapada. La barrica también está bastante presente, enmascarando una fruta que parece de calidad, con pera de agua madura, plátano, ciruela, limón maduro y manzana roja. Anisados, ahumados, especiados picantes, mineralidad, toques pasteleros... Buena acidez y esqueleto, con un paso por boca cremoso, denso, con mucha chicha, pero penalizado por lo que hemos comentado antes.
El alcohol y la madera han enmascarado una fruta que me ha parecido muy buena.... Pero es que te deja una sensación agridulce. Tendremos que desquitarnos con otra botella.
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