Rojo picota de capa media-alta, ribete rubí, colorea la copa.
Sorprende por un rico aroma a monte bajo junto al de la fruta roja, cereza y frambuesa madura. Fondo especiado a pimientas y a clavo, punto vegetal fresco, pimiento asado y pimentón ahumado, punto lácteo. Al tiempo vuelves a él y la fruta reina por completo en la copa. (Ya siento la Maturana).
En boca es redondo, dulce y amargo, entra con placer, es la continuación perfecta de lo percibido en nariz, lo ratifica y lo amplifica. Fruta roja carnosa, regaliz negro, brea, punto ferroso, carbón, tostados, todo bien armonizado, nada cansino. La acidez se preocupa de eso, está integrada, viva, se agradece por que anima al vino e invita a un nuevo trago y con el, a una nueva experiencia.
Sí, lo siguen haciendo y es en verdad, todo un espectaculo. Lo curioso de este Cuvée, es que con tan solo un 10% de Maturana (eso dice la bodega) se aprecie tanto y tan claro, al menos para mi. Catado a ciegas, lo dije, me recuerda al Ijalba Maturana. Vinos curiosos y cargados de alma, ojala triunfen, porque parece que no lo consigan, un saludo.
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