Esto ya empieza a estar muy bien

Dorado de mediana intensidad. Limpio y con bastante brillo.

La nariz nos ha parecido preciosa desde el primer momento. Abundan los indicadores típicos: hinojo, cítricos, toques anisados, pólvora... y otros que a veces están y otras veces no, como la pimienta, la botica, las algas y los recuerdos a plástico quemado.

La boca posee una cierta (pero muy bien medida) grasa sujetada por una gran acidez, poco alcohol y una presencia de madera que ayuda a resaltar y acompañar los sabores. El engranaje, aún siendo un 2016 y por supuesto debiéndose limar y abrirse en matices, funciona perfectamente. Sabores nítidos y que se expanden durante las veinticuatro horas que ha aguantado abierta la botella.

Final de larga intensidad. Perfumado y mineral.

¡Vivan los buenos vinos blancos de Borgoña! Eso sí, lo más recomendable para que se eviten sorpresas desagradables es que se los beban jóvenes.

 

 

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar