Singular y con alma de blanco.

Vino cosecha del 2016 del que solamente se elaboran 8.500 botellas y que está encerrado en una botella tipo borgoñona con el cuello muy estilizado. Vestida con una moderna, original etiqueta en su diseño y en la que se hace un guiño al mapa mundi. Tapón que la cierra de cristal.

       A la vista un color rosa pálido. Limpio y brillante. Buena, fina y lenta lágrima en su carrera por el cáliz de la copa.

       En nariz abundantes frutas cítricas, ligeras frutas de fresa y sus chuches. Notas de flores rosas. Y recordándome mucho a un cava rosado.

        En boca le encuentro fino, vinoso, con abundante acidez y con caracter de vino blanco. Su elevada acidez te hace ensalivar y ensalivar. Está fresco y anima a beber. Con una elevada acidez que le otorgará 3-4 años de vida en forma. Fresco paso de boca.

 Es un vino largo. Me da una permanencia de 2,00 minutos. Esperaba más de él.

 

 

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