Elegancia en la copa.

Vino encerrado en una botella borgoñona que está vestida con una etiqueta de diseño moderno y de un estilo muy propio de la casa. Corcho que la cierra de gran calidad e indicando la añada en ambas caras.

      A la vista un color rojo picota y rubí de capa media alta. Limpio y brillante. Muy buena, densa, abundante y lenta lágrima en su deslizamiento por el cáliz de la copa. Ribete rubí y granatoso.

      En nariz frescas, sazonadas y maduras frutas rojas del bosque y leves negras. Elegante madera de su crianza muy bien integrada. Mandan las frutas sobre la madera de su crianza. Notas balsámicas y de mineralidad.

      En boca es muy elegante, sedoso, equilibrado, con más volumen que otros años, te llena muy elegante y sedosamente la boca, con abundante fruta, la madera integrada y en segundo plano. Con los taninos domados y manteniendo una elegante acidez que invita a beber y que le va a otorgar 2-3 años  más de vida en perfecta forma. Sin aparecer terciarios. Gratísimo,  elegante, sedoso y frutal paso de boca. Es un vino muy largo. Me da una permanencia de 3,45 minutos.

      Un vino que está en su punto óptimo de consumo. Tiene muchísima más vida que la añada del 2010.

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