Verdejo de altura, con la cremosidad de la Macabeo

Preciosa botella, por la etiqueta tan sugerente en el juego de la luna, el mar, el fondo marino tan figurativo y colorido. Preciosa también la cápsula de tonos celestes, de cielo, y el cobre final con la luna y el mar. Todo un acierto.

VISUAL característica de vino joven, con poca crianza en lías, del que se espera poca carga de color. Amarillo pajizo, de muy baja capa y tonalidad. Reflejos verdosos, muy nítidos. Limpio, brillante, de buena lágrima, profusa y lenta, glicérica. La visual casi hace salivar, en esta tarde templada de primavera donde ya apetece un vino blanco, mientras esperamos que aparezca esa luna a la que homenajea el vino

NARIZ en la que destaca, en primer plano y a copa parada, la variedad verdejo, con patentes notas tropicales de piña y ciertos recuerdos, incluso, de maracuyá, con intensos aromas anisados de hinojos frescos y hierbas de monte mediterráneo sobre un fondo dulce y ahumado. Con la agitación de la copa, los cítricos ganan la batalla a los tropicales, con nítidas notas de pomelo amarillo y limón, aunque también hay fruta blanca, melocotón ya albaricoque. En definitiva, la fruta y los anisados, ganando la batalla aromática. Es un vino aromático, fragante, en el que aparecen también notas florales, de flor blanca, quizás acacia o azahar. Balsámico, fresco, juvenil.

BOCA que destaca, de entrada, por una excelente frescura y fluidez en el trago, que lo hace refrescante, aunque no por ello falto de seriedad. Al contrario, el vino muestra un perfil de cierta complejidad en boca, con notas cítricas de pomelo amarillo, sutiles tropicales de maracuyá, recuerdos de flor de azahar y anisados. A pesar de su juventud, tiene una muy buena integración de aromas y un balance equilibrado entre la acidez y las sensaciones salinas, minerales y armagosas. A diferencia de las sensaciones dulces que se presentían en la fase olfativa, el vino es bastante seco y afilado en boca, serio, pero muy gustoso a la vez. La textura es fluida, aunque sus dos meses bajo lías finas lo han dotado de cierta untuosidad que lo hacen muy agradable y placentero. Tiene una longitud media, con recuerdos finales anisados y salinos que se desvanecen lentamente.