Una delicia para maridar un postre.

En esta ocasión junto a un brownie de pistacho y una mini torrija sobre una base de crema inglesa clásica, donde prevalecen los sabores de calidad propios de su elaboradora, la maestra Candy. En ese dibujo aparece el Señor Noé para aportarle una textura una dósis monocromática, donde los aromas de frutos secos -garrapiñada- y chocolate negro con configuras nos desvelan una pequeña porción de su complejidad, resultando enormemente placentero en boca, alejado de empalagos y saturaciones.
Un vino para las grandes ocasiones.