Fermentando en mi tripita y en mi corazón!

Porque se trata de un buen vino blanco, de los que te llegan y te dan un plus. De esos que te acuerdas y disfrutas cuando lo vuelves a descorchar, porque sabes qu es un gran vino.

Y es que esos aromas a fruta blanca, melón, manzana, pera, cítricos y herbáceos marcados (es joven aún!!!!), con un toque de madera. Hay unas suaves especias picantes, tostados, flores, ligero ahumado, toque de plátano y melocotón cuando gana temperatura y se abre poco a poco, pero siempre predominando la fruta blanca y fresca.

La acidez es tremenda en boca, pero no es afilada ni brutal, sino muy muy buena y fresca. Hay fruta blanca, toques suaves del tostado, herbáceos, cítricos, flores blancas... Una boca juvenil, pero que viene vestida con un traje graso y denso, que te llena la boca. Muy refrescante y con un postgusto largo.

Un vino delicioso, joven, tremendo y con un buen futuro por delante.

Para beber a camiones!

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