Austero ayer, frutal hoy

Dorado con reflejos grises. Limpio y brillante.

Parece mentira lo que puede cambiar un vino en algo más de doce horas; si ayer mostraba timidez y sólo podíamos encontrar cítricos y piedras, hoy ha “florecido”. En estos momentos no parece ni el mismo que abrimos ayer. Detectamos fruta madura, anisados, vainilla, miel, fósforo y humedad.

En boca no es del todo untuoso, pero tampoco austero. A la mitad de una cosa y otra. Marca algo la barrica y el alcohol y posee una estupenda acidez.

Final perfumado de media/alta duración que deja recuerdos primarios y lácteos.

Un camaleón.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar