Dorado con reflejos grises. Limpio y brillante.
Parece mentira lo que puede cambiar un vino en algo más de doce horas; si ayer mostraba timidez y sólo podíamos encontrar cítricos y piedras, hoy ha “florecido”. En estos momentos no parece ni el mismo que abrimos ayer. Detectamos fruta madura, anisados, vainilla, miel, fósforo y humedad.
En boca no es del todo untuoso, pero tampoco austero. A la mitad de una cosa y otra. Marca algo la barrica y el alcohol y posee una estupenda acidez.
Final perfumado de media/alta duración que deja recuerdos primarios y lácteos.
Un camaleón.
Amarillo pajizo, limpio y brillante.
Cítricos, piel de plátano, manzana, melocotón, anisados, pimienta, tierra seca, caja de fósforos, pólvora y piedras.
Boca expresiva, mayor que en añadas anteriores, con una fruta más madura, corpulencia y un alcohol y una madera marcados. Buena acidez y toques primarios. Registros similares a los descritos anteriormente.
Final de intensidad media/alta que deja recuerdos perfumados.
Pareciera que ha cambiado el estilo, antes lo notábamos más austero.
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