Un semidulce que recupera una larga tradición riojana

Bodegas Tarón se ha inspirado en la Iglesia de El Salvador de Tirgo –localidad donde se halla su sede social– para diseñar la imagen de esta nueva marca. En uno de los capiteles de este templo románico de finales del siglo XII o inicios del XIII se encuentra una sirena-pez de doble cola que sujeta con sus manos las dos extremidades marinas. Una figura esculpida que se transfigura ahora en etiqueta para vestir este vino con alma de mujer.

De color amarillo muy pálido con reflejos verdosos, muestra unos aromas de frutas blancas y melosas, notas dulces y almibaradas. En boca tiene una entrada fácil con cuerpo liviano y buena frescura final. Un semidulce que recupera una larga tradición riojana en la elaboración de este tipo de vinos.