Un gran clásico en el Mosela

Dorado pálido brillante.
Nariz de media intensidad, algo cerrada en el inicio y con toques de madurez, son vinos que necesitan muchas horas de aire para expresarse. Tras varias horas de decantación muestra lo que esperamos de un gran riesling joven de la zona, toques florales, fruta fresca, especias, un punto balsámico, piel cítrica y un marcado fondo mineral.
En boca es una delicia por su excepcional balance de registros, fantástica acidez, paso engañosamente ligero, final encantador lleno de sutilezas, dejando recuerdos cítricos y minerales con un ligero dulzor que se hace casi adictivo. Buena persistencia.

No vamos a descubrir a estas alturas a Carl Von Schubert y a este soberbio productor, un histórico de la zona del Mosela. Abtsberg (la montaña de los abades) es su pago más señero y en calidades dulces como este auslese tiene una calidad soberbia y una enorme capacidad de envejecer. Todo esto por unos 30 euros. Imprescindible en su zona.