Buena evolución y mejor definición.

Amarillo dorado limpio y brillante.

Recuerda a su hermano del 12, si bien éste es más expresivo, claro y directo y al igual que él, se muestra con contenido y alcance. Tiene un aroma seductor que delata, como no puede ser de otra forma, a la variedad, pero de una forma sutil, delicada y fina que gusta, satisface, ¿para qué más?. Hay un fresco rasgo vegetal es en conjunto de una fragancia suntuosa donde la fruta tiene mucho contenido, hay plátano, piña, pera, maracuya, pulpa de lima, cáscara de limón maduro, albaricoques y esas encantadoras flores de azahar, rosas blancas y de jazmín. Denota frescura creo que habla de la añada. Al tiempo va ganando en complejidad y en profundidad y si cabe en definición. Es un manto tupido de flores y de hierba junto a la brisa del mar.

En la boca tiene tacto es untuoso llena la boca de contenido, es seco, profundo, jugoso estas ensalivando en todo momento, el alcohol fiel y respetuoso un buen esqueleto, está al servicio, lo potencia y lo alarga a la par de ser el vehículo donde transita la fruta nada melosa ni madura, es fresca y carnosa. Y aparece ese punto "marca de la casa" que dota a este vino de una personalidad sin rival, auténtica, sincera, sin alardes, solo con la verdad. Excelente añada para este vino la boca se rodea de la fruta y de las flores apreciadas en la nariz, con suavidad dentro del marco de potencia. Sin duda crecerá en la botella hasta estallar.

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