Fruta negra ahumada en las notas de la crianza.

Rojo cereza intenso y ribete violeta. Nariz abigarrada, férrica, con sensaciones de piedra de mechero, aromas de frutas del bosque maduras sobre notas tostadas de la crianza, que lo hace impulsivo desde el punto de vista sensorial y oscuro. Aromas de carbón vegetal, bacón, coco y almendras tostadas. En boca es rico, contundente, tiene fruta negra sobre notas ahumadas – ferrosas por vía retronasal y ahumadas. Posgusto largo, persistente, con estructura de maderas tostadas que se unen al carácter frutal. Un vino carnoso, contundente, con un claro carácter tostado (perdón por la repetición) de la crianza en barrica, pero que no le hace perder la fruta negra, ya que la ensambla y acompaña en todo momento. En retronasal es muy ahumado. Un vino racial, que muestra muy bien determinado estilo de la Ribera Burgalesa y en donde sus uvas tienen un perfil más maduro que en la zona de Valladolid. En cata a ciegas jamás hubiese advertido menos de 12 meses en barrica nueva americana, pero he de decir que ostenta cierta personalidad intencionada, si nos alejamos de todos los perjuicios puristas de hoy en día. Está rico y lo estoy disfrutando, eso es lo importante