Un año y unos meses después.....

me ha resultado increible, es uno de los vinos que más ha cambiado y más contundentemente, que yo he conocido en todos los miles que he catado.

La nariz  ha perdido potencia y elegancia, ahora "sólo" es compleja y con aromas frutales, de finos tostados, especiados, florales y minerales principalmente, pero todo bastante discreto dentro de la "calidad".

La boca sin embargo ha ganado, me atrevería a decir que es casi perfecta, totalmente equilibrada, fina y suave, con caracter y todo perfectamente integrado, no hay una minima arista, taninos nobles y finos, el retronasal una verdadera gozada y el final largo, larguísimo y con enorme persistencia.

Los aromas han perdido,  pero la boca ha ganado y mucho.

Lástima que no me queden más botellas, tratare de localizar alguna por cielo, mar y tierra.

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