Curiosa y buena evolución

Dorado intenso, ligeramente velado.
Nariz de media intensidad y una gran complejidad, que necesita de una buena dosis de aire para disipar iniciales reducciones. Flores, frutas de hueso, manzana asada, toques lácteos, hierbas aromáticas, mínimos ahumados, un cierto fondo mineral y de especias blancas…en fin, una paleta que le asemeja a un gran chardonnay maduro.
En boca sorprende su viveza y buen estado, acidez fresca y marcada, paso muy balanceado entre grasa y ligereza, con un final que muestra amplitud y elegancia, quedando recuerdos frutales, minerales y de frutos secos. Largo y persistente, invita a más de una reflexión. ¿Por qué no más vinos de este estilo?
Nunca habíamos catado un Coteaux Champenois con tanto tiempo y lo cierto es que responde a esa fama que tienen de envejecer muy bien, casi más hacia el estilo de un buen Chablis, destacando nervio y ligereza. Una pena que Laurent Perrier ya no elabore este tipo de vinos, que probablemente veamos más con el cambio climático.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar