Botella borgoñona de base más bien ancha y cuello estrecho. Corcho de calidad y parafinado aunque no muy largo para lo que se suele esperar de un vino de guarda. Sin embargo, ha cumplido a la perfección su función como luego veremos y apenas está bañado en vino de color granate-rosáceo claro.

Decantado casi 2 horas antes de ser consumido.

Visual: rojo picota claro, capa prácticamente media-alta, ribete cereza-transparente con poca evolución para ser un vino de casi 9 años, limpio, brillante y con muy buena lágrima.

Nariz: de buena intensidad y complejidad si se le deja expresar (lo cuál requiere de 1-2 horas). Al principio con algo de reducción y etanal que se va con la oxigenación. Entonces aparece la fruta, sobre todo negra casi en licor, los tostados de la madera (muy agradables), ligeros toffee, chocolates, regaliz, vainilla, coco y clavo junto a mentolado-balsámicos y un toque como mineral (a grafito) y tierra húmeda que terminan de redondear una muy buena nariz.

Boca: entrada sorprendentemente fresca y ligera, de buen cuerpo pero volumen medio; buena estructura. Acidez media-alta. Un vino para nada empalagoso, muy al contrario, más ligero de lo esperado. Sabroso, goloso y con cierto untuosidad ágil. Final bastante largo con un postgusto y retronasal fantásticos a fruta negra madura, especias, tostados, balsámicos, algo de cacao y, sobre todo, aromas minerales (de nuevo, nos vuelve el grafito en retronasal).

Excelente vino adquirido en Bodegas Prinur, dentro del Hotel del Vino (Cariñena, en la DO del mismo nombre). Además de adquirido, previamente fue catado, bebido y degustado en la cata y cena que tuvo lugar en dicho hotel. Su precio, si no recuerdo mal, era de 13.55 euros. Bastante competitivo para lo que ofrece (en otras DOs subiría fácilmente de los 18-20 euros).