Color rojizo aclarando hacia un rubí pálido en el ribete, limpio y brillante, sin presencia de precipitados, de capa media.

Preciosa y delicada nariz que da la cara casi desde el inicio, con tonos florales (rosas) y frutales (cereza madura levemente licorosa). Con tiempo gana en complejidad, apareciendo matices de cueros y especias, toques terrosos, notas de sangre y caza, pero todo ello contenido, de una gran elegancia.

En boca es puro terciopelo, de nuevo es pura elegancia, firme pero con todo en su justo punto, con una buena acidez y un tanino finísimo y pulido ya, finamente especiado pero sin renunciar a esa fruta roja macerada. Final muy largo de gran calidad, especiado y finamente amargoso.

Un gran vino sin duda, en un momento de consumo excelente, que a algunos nos recordó el estilo fino y elegante, muy clásico, de los barolos de Pio Cesare.

Enlace a las fotos y la cata completa:
https://www.verema.com/foros/foro-vino/temas/1273405-i-cata-barbarescos-viejunos

Rojo rubí, ribete rojizo, capa media.

Nariz de media intensidad que tras una ligera cerrazón inicial va poco a poco tornando en un maravilloso perfume de nebbiolo viejo. Notas de rosas secas, una fruta roja muy madura y con un punto licoroso, especias tipo clavo o nuez moscada, tabaco de pipa, puntos terrosos, trufa negra, toques cárnicos, sangre, caza de pluma, bosque umbrío. Muy complejo y realmente encantador.

En boca es un vino que se encuentra en un momento perfecto de consumo, portador de un enorme equilibrio en todas sus fases, es de corte ligero pero con materia, buena acidez, paso redondo y final encantador que nos deja recuerdos de frutas en licor, especias y minerales, con un tanino ya perfectamente integrado en el conjunto.

Productor histórico en Barbaresco y que ya no existe, una botella por tanto con mucho componente nostálgico y ante todo un vino de enorme calidad, que ha llegado a sus 54 años en un momento ideal de forma, en perfecto estado de consumo. Finura y delicadeza son sus cartas de presentación. Grande.