Un volcán en erupción

Caoba, limpio y brillante.
El abanico olfativo es sensacional; desde la retirada del tapón, arrolla con una fuerza y una complejidad indescriptibles: fruta escarchada, mazapán, leña, barnices, ebanistería, botica (yodo, Oraldine...), cera de iglesia, torrefactos, miel y balsámicos.
La boca es un concentrado de amontillado y, curiosamente, mantiene un paso muy fluido. Paso seco, extremadamente seco, regusto punzante, picante y agreste que invade y calienta el paladar.
Final larguísimo, como una lengua de lava que no para nunca, que deja recuerdos licorosos, a frutos secos y a fuego.
No apto para nenazas, más que con comida contundente yo lo tomaría con algo fresco. En mi caso con un tomate con burrata ha ido fenomenal. Sigo sin saber cómo puntuarlo.

Recomendado por 1 usuario
  1. #1

    EuSaenz

    Para mí es un vino de sobremesa, nada de comida. Y solo se puede puntuar con un 10, jaja.

    Saludos,
    Eugenio.

  2. #2

    Gondorff

    en respuesta a EuSaenz
    Ver mensaje de EuSaenz

    Desde luego que arrolla a casi cualquier comida, Mary ayer flipaba.

  3. #3

    Imperial Vs72

    en respuesta a Gondorff
    Ver mensaje de Gondorff

    yo sigo guardando aún otro par de ellas... aunque una de ellas no pasa de este año seguro!

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