Rojo teja que denota su larga estancia en botella. La nariz no inspira confianza. Tras presentar aromas de reducción en botella aparecen notas de roble (¿americano?) y tabaco, poco agradables. En cambio, en boca está excelente: amplio, muy sabroso, con gran estructura y largo postgusto. Increiblemente vivo en las papilas gustativas para tener ya diecisiete años. Comprado en 1992 por 2.000 pesetas (12 euros).
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