Un Monte muy muy Real... a sus pies

Para mi cata 400 he querido que este vino, bueno, esta obra de arte, sea el protagonista. Un vino tremendo, emocional, auténtico, de esos en los que no captas aromas y sabores, sino historia.... Una historia que se escribe con letras atejadas, de trazo y lágrima fina, con aromas de champiñón y guindas en sus inicios, pero que conforme avanza el relato, se torna frutal, licoros, con unas flores marchitas, lacas, cueros, trufa, tabaco, muuuuuuchas especias como clavo, pimienta jamaicana, sotobosque, tierra húmeda, vainilla... Tremenda la historia, que parece no tener nunca fin.

Y no lo tiene, ya que te deja un sabor cargado de leyenda, con unos taninos aún vivos, una fruta licorosa, especiada, larga y seca.... La acidez se convierte en el hilo conductor, dándole una trama impresionante, acompañando a la trufa, el amargor, sotobosque, flores... Y un postgusto larguísimo cierra un capítulo de esta historia que se quedará para siempre en mi mente: mi primer Rioja Viejuno.

Un placer el haber participado de esta gran historia, cargada de emosciones, sensaciones que no se pueden describir y respeto, mucho respeto. Repetiremos ;-)

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