Melodía sensorial.

Rojo cereza de capa media con ribete granate teja. La nariz es un golpe de emoción nada más acercarte la copa, desde este momento empieza un baile sensorial terciario con una riqueza olfativa extraordinaria. La frutilla del bosque en confitura está bañada en tonos negros de carbón vegetal y tizne de chimenea, especias, notitas de alquitrán, cacao y hojarasca. Hay un matiz que recuerda a lo humeante. En ese momento me doy cuenta que estoy ante una botella única que gracias al destino ha coincidido conmigo en un momento dado de nuestras vidas. La boca es sedosa, con una perfecta acidez lo que hace fluir al vino en la evolución dando muestras de señorío y elegancia tánica. La fruta está integrada en matices de su desarrollo en botella que llegan a un posgusto y retronasal de melodía sensorial. Hay terciarios, notitas cárnicas, de carbón vegetal, creosota y alquitrán ( en cierto sentido me recuerda a los viejos Petrus que una vez tuve la oportunidad de catar ). Hay muchas cosas más, pero sinceramente llegó un momento en el que bajé mi atención sobre la letra y solo me dediqué a escuchar el sonido de la música, intentado hacer el menor ruido posible tras cada sorbo de este vino celestial.

Recomendado por 2 usuarios
  1. #1

    Expatriator69

    Enhorabuena por la cata y por el disfrute. Estos Imperiales son brutales y las añadas tapadas, 73 o 75, no defraudan.
    Salud-os!!

  2. #2

    Bosos

    en respuesta a Expatriator69
    Ver mensaje de Expatriator69

    Gracias. Saludos.

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