Viva la Garnacha Blanca.

Vino encerrado en una botella bordelesa y vestido con una alegre, original, colorida y moderna etiqueta en su diseño. El corcho discreto, tiene muchas vetas y eso ha hecho que se me rompa el mismo.
A la vista se manifiesta de un color amarillo pálido a pesar de sus 6 meses en barrica, por lo que deduzco que no son barricas nuevas. Correcta lágrima, fina y con un deslizamiento tranquilo por la copa. Limpio y brillante.
En la fase olfativa me encuentro con fruta, con una buena intensidad, de manzana verde, cítricos y notas de frutas tropicales. La madera imperceptible.
En boca fino, untuoso, glicérico, elegante, frutal, con volumen, la madera en muy segundo plano, prácticamente sin aparecer, de lo cual me alegro. Presente y elegante acidez que te invita beber y que le dará algunos años más de vida. Grato y elegante paso de boca. Es un vino muy largo. Me da una permanencia de 3,00.
Es dificil por nuestra zona encontrar este tipo de uva, gracias Verema por hacérmelo llegar a la puerta de casa. Ha sido muy grato su disfrute.