La segunda vez que lo pruebo, y las impresiones siguen siendo las mismas. Empezamos con bastante turbiedad, detalle al que nunca le doy importancia, pero es que posteriormente llegan otras cosas. Después, me comentaba mi mujer que al llevárselo a la boca le daba una extraña sensación burbujeante. Tengo un amigo que dice que eso es lo que hace a Dard & Ribó tan "especial" y tan "encantador" y que dicho carbónico es una especie de conservante. Está claro que tenemos gustos distintos. Además, huele y sabe a cuadra. Ojo, que no creo que sea brett, debe de estar elaborado así a propósito, pero es algo que tampoco me encanta. Raro, raro. No entiendo bien estos vinos.

Bermellón con borde rosa. Limpio y con brillo. Capa media.
Violetas y frutas rojas en sazón en el primer impacto. Después algo de carne cruda, especias aromáticas y mineralidad.
En boca sube y baja. Mantiene en todo momento un perfil delgado, suficiente tensión y acidez. Lo que pasa es que cuando se calienta, el alcohol y sobre todo la volátil se disparan. Llega un momento en que lo notamos demasiado áspero, descarnado incluso. Notas primarias, campestres y minerales.
Final perfumado.
Lo complicado de los vinos biodinámicos es el momento; la hora, el preciso estado de ánimo de la persona, la comida, el tipo de copa, la temperatura... Panta Rei, aquí Heráclito hubiera explicado su teoría sobre el cambio perfectamente.
De todas formas, y es por lo que me he decidido a no puntuar, el vino lleva abierto más de una semana y ha mejorado sensiblemente. Podríamos incluso decir que se ha estabilizado.

Rojo picota, ribete amoratado, capa alta.
Buena intensidad en nariz donde aparecen todos los descriptores asociados a una syrah del Ródano norte, con tonos florales de violetas, frutas negras en sazón, aceitunas negras en tapenade, recuerdos balsámicos, un incipiente fondo mineral y algunas trazas especiadas. Con limpieza y marcada expresión.
En boca se muestra ligero pero con carácter, una acidez presente y bastante fresca, paso redondo y liviano, final con buena longitud donde vuelven los recuerdos de frutas negras y especias, con un tanino noble pero que todavía debe pulirse un poco más en botella. Buena persistencia.
Un Crozes de cierto nivel donde destaca su frescura y definición frutal, que se bebe de maravilla por su ligereza y representa fielmente su zona de origen, lo que ocurre es que su precio (unos 28 euros) es sensiblemente más elevado que otros Crozes de calidad como Combier, Graillot o Sorrel y por ahí quizá no merece tanto la pena. Rico en cualquier caso.

Botella abierta con una hora de antelación.
De color rojo picota de capa alta, ribete violáceo y lagrima densa que tiñe la copa.
En nariz se muestra muy expresivo, con gran cantidad de fruta negra, notas de violetas, aceituna negra, finos tostados y ahumados e incluso alguna nota cárnica.
En boca tiene una entrada super fresca, con una gran acidez y una tanino que aún se deja notar, postgusto bastante largo con una gran presencia de esa fruta negra y un final marcadamente amargoso.
Pues aún siendo muy joven ya está muy disfrutable, me ha encantado.