Inmenso

Servido en formato magnum en una cena de cumpleaños en la cual un amigo literalmente tiró la casa por la ventana con joyas como Domaine Jacques Prieur Montrachet 1996, Mas la Plana 1993, Olarra Gran Reserva 1973 y desde luego este inmenso Mouton Rothschild 1990.
Aún evoco el recuerdo de este vino de imponente profundida aromática que nos exhibe el camino hacia misteriosos jardines como bien comentaron los compañeros. Notas de absenta, sí, pero la absenta de Baudelaire, de Rimbaud, de Wilde y demás poetas y artistas de cepa. Un auténtico perfume de elegancia e intensidad con notas de especias, nuez moscada, casis, vainillas finas, chocolate. Sin duda una nariz de culto. En boca envuelve con su finura y clase. Y pensar que alguna vez el míster Parker lo puntuó con un 84, ay, ay y ay, estaba a años luz de intuir la evolución formidable de este vino.