Vino color oro viejo, limpio, brillante y lágrima abundante y densa.
En nariz con buena intensidad, notas de incienso, bizcocho en licor, membrillo, fruta blanca escarchada e higos secos, perfumado, expresivo y bien definido, evoluciona hacia crema pastelera de vainilla. Una delicia disfrutar de él conforme coge temperatura.
El paso por boca, suave, amable, abocado, cuerpo medio, largo recorrido, turron, fruta escarchada, caja de tabaco rubio, suaves ahumados y final un puntito amargo y cítrico. buena acidez, equilibrado. Buena complejidad, buen disfrute.
Retronasal, bizcocho confitado.
Postgusto, largo y muy bueno.

Mezcla entre las soleras 1918 (Pedro Ximénez de pasas) y 1964 (Pedro Ximénez de crianza oxidativa).
Me gustaría probarlas por separado.

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